Scranton, una pequeña urbe situada en el estado de Pensilvania, ha desempeñado un rol fundamental en el respaldo de Estados Unidos a Ucrania durante la invasión por parte de Rusia. Famosa por su legado industrial y por ser la ciudad natal del expresidente Joe Biden, Scranton se ha transformado en un emblema del compromiso estadounidense con la defensa de Ucrania, en especial gracias a la Fábrica de Artillería del Ejército local. Esta instalación, encargada de fabricar proyectiles de 155 mm, ha sido esencial en el abastecimiento de municiones para las fuerzas ucranianas, contribuyendo a detener los avances rusos en el conflicto.
La repercusión de la guerra en Ucrania se percibe incluso en urbes alejadas como Scranton, que ha experimentado un notable incremento en su producción de armamentos desde el inicio del conflicto. Anteriormente, la instalación producía cerca de 9,000 proyectiles mensualmente, pero esa cifra ha ascendido a 36,000 mensuales, evidenciando la intensificación del enfrentamiento y la creciente demanda de apoyo militar. La visita de Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania, en septiembre de 2024 a la instalación, fue un evidente testimonio de la relevancia estratégica de esta fábrica. Durante su recorrido, Zelensky elogió al equipo y resaltó la importancia de la planta en el esfuerzo militar.
Aunque ha sido fundamental en el conflicto, el porvenir de Scranton y su fábrica de artillería ha sido influenciado por las decisiones políticas tomadas a nivel nacional. La administración del expresidente Donald Trump, que en diversas ocasiones manifestó su intención de disminuir el respaldo de Estados Unidos a Ucrania, ha dejado en una situación incierta a muchas comunidades que dependen de estas industrias. Las presiones de Trump para alcanzar un acuerdo de paz que incluya concesiones a Rusia han provocado inquietud entre los habitantes de Scranton, quienes temen que las políticas estadounidenses puedan desmantelar años de esfuerzo en respaldo a Ucrania.
La alcaldesa de Scranton, Paige Cognetti, ha expresado su inquietud sobre cómo las alteraciones en la política exterior podrían impactar no solo la seguridad de Ucrania, sino también la estabilidad económica de su urbe. De acuerdo con Cognetti, la fábrica de artillería ha sido un pilar significativo de empleo, proporcionando cientos de trabajos bien pagados. La planta es considerada un símbolo de cómo la industria local ha jugado un papel esencial en el respaldo militar de Estados Unidos, y su posible cierre o disminución de actividades podría tener un impacto notable en la economía local.
La alcaldesa de Scranton, Paige Cognetti, ha manifestado su preocupación por cómo los cambios en la política exterior pueden afectar no solo la seguridad de Ucrania, sino también la estabilidad económica de su ciudad. Según Cognetti, la planta de artillería ha sido un motor importante de empleo, generando cientos de trabajos bien remunerados. La planta es vista como un emblema de cómo la industria local ha sido parte integral del apoyo militar de Estados Unidos, y su potencial cierre o reducción de operaciones tendría un impacto considerable en la economía local.
A pesar de la preocupación por el futuro de la planta, los residentes de Scranton se mantienen orgullosos de su contribución al esfuerzo bélico y su conexión con la comunidad ucraniana. En la ciudad existen varias iglesias ucranianas y una activa diáspora ucraniano-estadounidense que ha estado recolectando fondos para la causa ucraniana y organizando eventos de apoyo. Los sentimientos en la ciudad están divididos, ya que aunque Scranton históricamente ha sido un bastión del Partido Demócrata, el apoyo a Trump ha crecido en los últimos años, especialmente entre aquellos que creen que Estados Unidos debería centrarse en resolver sus propios problemas antes de continuar con el gasto en Ucrania.
El debate sobre el apoyo a Ucrania también se refleja en las conversaciones cotidianas de los residentes. Algunos, como Brandon Lux, un trabajador del sector salud, temen que la reducción de la ayuda militar a Ucrania pueda tener consecuencias tanto para el futuro del país invadido como para las comunidades como Scranton que dependen de estas industrias. Por otro lado, otros como Fran Fitzgerald, una residente que apoya a Trump, sienten que la prioridad debe ser cuidar a la población estadounidense, sugiriendo que el dinero utilizado en Ucrania debería invertirse en infraestructuras locales, como el arreglo de las carreteras de la ciudad.
Este conflicto de intereses no solo se refleja en las opiniones personales, sino también en el ámbito político local. Scranton, que fue escenario de una estrecha contienda presidencial en 2024, se encuentra en una encrucijada, con la creciente polarización política reflejada en las elecciones y en los comentarios de los residentes. Aunque el estado de Pensilvania sigue siendo un territorio clave en la política estadounidense, el futuro de la ciudad y de sus industrias, incluidas las relacionadas con la producción de armamento, dependerá en gran medida de las decisiones que se tomen a nivel federal.
En este contexto de incertidumbre, la planta de artillería de Scranton sigue siendo una pieza esencial en la maquinaria de apoyo a Ucrania. Sin embargo, las decisiones que tomen los líderes políticos sobre la continuidad de este apoyo podrían cambiar el rumbo de la ciudad, tanto en términos de empleo como de su papel en la geopolítica mundial. Mientras tanto, los residentes siguen observando con atención los desarrollos políticos, conscientes de que las decisiones sobre el futuro de Ucrania también afectan directamente a su comunidad.