El partido que enfrentaba este domingo al Ajax, de Ámsterdam, y el Feyenoord, de Róterdam, ha sido suspendido en el estadio Johan Cruyff Arena, de la capital holandesa, después de que los hinchas locales lanzasen bengalas al campo. El Ajax perdía en ese momento por 0-3 y, en el minuto 55 de juego, cuando los fuegos artificiales han aterrizado por segunda vez en el césped, el árbitro ha dado por terminado el clásico. Poco después, un grupo de aficionados han roto los cristales de la entrada del recinto y ha habido enfrentamientos con las fuerzas antidisturbios, que han acudido a caballo. La Federación holandesa de Fútbol (KNVB), ha calificado los hechos de “horribles”.

El partido dio comienzo a las 14.30 horas en medio de gran tensión. Para cuando el Ajax perdía por 0-3 la situación estalló. Los hinchas del conjunto local pidieron a gritos la dimisión del director técnico, Sven Mislintat, al que hacen responsable de la mala salud deportiva del club. El encuentro ya había sido interrumpido dos veces en la primera mitad. Primero, por el lanzamiento de un vaso de plástico. Después llegaron las primeras bengalas. Lanzadas desde las gradas F-Side, sus ocupantes son “los hinchas fanáticos”, según la terminología usada por el Ajax en su página web, y disponen de tiques de temporada. La policía lanzó gases lacrimógenos en el exterior del estadio e intervino cuando los grupos de exaltados no se dispersaron. Los más violentos, muchos de ellos encapuchados, forzaron entonces la puerta giratoria principal del edificio. Durante el choque, que se prolongó alrededor de una hora, los jugadores y sus entrenadores permanecieron en los vestuarios por su seguridad. Los agentes condujeron al público fuera del estadio por el ala sur. Varios hinchas fueron arrestados.

Una vez informada de lo sucedido, Dilan Yesilgöz, ministra de Justicia, se ha dirigido a los violentos a través de su cuenta de X (antes Twitter). Ha escrito lo siguiente: “Esto no tiene nada que ver con el fútbol o con ser un aficionado. Se juega con la seguridad de los futbolistas, quienes les apoyan y vosotros mismos. Debería daros vergüenza”. Desde la pandemia, la policía holandesa ha visto cómo crecía el número de hinchas, en su mayoría jóvenes, que acuden al fútbol encapuchados y se mueven con cierta anonimidad y causan choques. La prensa deportiva holandesa señalaba este domingo que lo ocurrido simboliza “la crisis existencial” en la que se encuentra el Ajax. Y es que las antorchas se encendieron en el estadio desde el principio, aunque solo se suspendió cuando aterrizaron en el campo. En el F-Side los cánticos oscilaron entre un “Mislintat, rata asquerosa”, y un “Queremos ver al Ajax”.

Pasado el tumulto, compareció en televisión Jan van Halst, director general interino del equipo. “Entendemos que los aficionados expresen su frustración. Pero este comportamiento…”, dijo. En estos momentos, no se sabe qué pasará con los minutos de juego que restan. Entre las opciones barajadas figura, jugar con público, sin espectadores o dar la victoria legal al Feyenoord. La decisión está en manos de la KNVB.

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