El expresidente del Barça, Sandro Rosell, ha roto este martes el silencio que mantenía desde enero en una entrevista en Catalunya Ràdio, donde se ha referido al caso Negreira -los pagos de 7,3 millones de euros por parte del FC Barcelona a José María Enríquez Negreira-, en el cual está imputado por cohecho junto al exmandatario Josep Maria Bartomeu y el propio club azulgrana como entidad. Sobre el exárbitro, Rosell ha reconocido conocerle y saber que se le estaban encargando informes. “Claro que sabía quién era. Estaba al tanto de que teníamos una persona que hacía informes. De los pagos y las cifras me he enterado ahora. Son pagos que estaban por debajo de lo que aprobaba la junta, que eran a partir de 100.000 euros al mes y estos eran de 40.000″, ha asegurado el expresidente del Barça. “Nadie ha analizado que si pagábamos unos 400.000 euros al año, hacía unos 100 informes, lo que sería unos 4.000 euros por informe de los partidos. 4.000 euros por un informe arbitral que te puede salvar de una tarjeta amarilla o un penalti”.
Para Rosell, se ha hecho una bola enorme, además de que destaca que es desproporcionado y “muy bestia” confirmar que el Barça ganaba gracias a Negreira: “Hacía informes, sí. Se le pagaba, sí. ¿Qué influencia tenía? Cero. Teníamos un tal Messi, un Busquets, un Alba, un Iniesta, un Xavi, un Pep en el banquillo…”. “La confidencialidad también se paga”, ha defendido Rosell. “Se nos ha acusado de asesinato y no se sabe dónde está el cuerpo o la persona asesinada”, ha zanjado el tema el expresidente. Rosell, que acumula cinco absoluciones judiciales, considera “una persecución” sobre su persona lo que ha vivido desde mayo de 2017, cuando fue detenido y puesto en prisión preventiva durante 22 meses. Hoy por hoy, el expresidente culé tiene aún dos causas pendientes, una por el propio caso Negreira y la otra por el trasplante de hígado al que se sometió en 2012 el entonces jugador del Barça Eric Abidal.
En la entrevista en Catalunya Ràdio, a Rosell le preguntaron por qué había decidido hablar ahora, casi un año después de su última comparecencia pública. “Porque me han invitado”, contestó. Pero lo cierto es que sus palabras llegan cuando la semana pasada fue imputado por cohecho por el caso Negreira y también un día después de que el excomisario José Manuel Villarejo acusara en un cara a cara con Artur Mas en RAC 1 de que “gente del entorno” del presidente azulgrana Joan Laporta y el propio mandatario actual culé filtraron información para la detención de Rosell en 2017, que le supusieron a este casi dos años de prisión preventiva. Ayer mismo, Laporta llamó a Rosell. Pero este no le cogió el teléfono. “En ese momento estaba muy enfadado”, ha asegurado hoy. Tampoco escuchó el audio que le envió, ha reconocido. Según Rosell, porque quiere “analizar y llegar hasta el final”, así como hacer “catarsis” entre él, Laporta y Bartomeu. En caso, claro, de que las declaraciones de Villarejo “sean ciertas”.
“Quiero no creérmelo. Te tambalea el cerebro una información como esta. Reflexioné mucho ayer. Estuve analizando la entrevista, y excepto el tema de Joan Laporta, el resto de las afirmaciones me las creí”, ha afirmado Rosell, que no quiere pensar que “Jan sea así”. “Nos conocemos desde los 17 años. Nos conocemos mucho y siempre hemos tenido una relación de amor y desamor”, ha destacado en diversas ocasiones. Con Laporta, que emprenderá medidas legales contra Villarejo según RAC1 al considerar estas informaciones falsas, no ha hablado desde la posesión del cargo. Ahora quiere preguntarle en persona: “Sé cuándo miente porque lo conozco”.
Rosell ha concluido hoy que el Barça ha sido lo “peor y lo mejor” que le ha pasado en su vida. Tampoco descarta, en un futuro largo, volver al club. “Si mañana hay elecciones no me presentaré. En un futuro, no sé”.
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