Alexéi Navalni, enemigo político número uno de Vladímir Putin, murió en extrañas circunstancias en la cárcel el pasado viernes, 16 de febrero. Tres días después, el presidente ruso ascendió al rango de coronel general al mando que ordenó restringir la comida en prisión del disidente. El primer subjefe del Servicio Penitenciario Federal, Valeri Boyárinev, y tres miembros más del organismo recibieron su promoción este lunes, según figura en el decreto firmado por el mandatario ruso. Este ascenso ha provocado indignación en el círculo del opositor. “Una recompensa personal por parte de Putin por tortura y asesinato”, ha denunciado el director de su organización, Fundación Anticorrupción, Iván Zhdanov.
Boyárinev remitió una orden en 2023 a la cárcel IK-6 de la región de Vladímir, donde se encontraba entonces preso Navalni ―a finales del pasado diciembre fue trasladado a un penal de la región de Yamal-Nenets, en el círculo polar ártico―, en la que pedía limitar a un coste de 5.000 rublos (aproximadamente 50 euros al cambio) la cantidad de comida que el opositor podía adquirir al mes en la cantina de la prisión, más allá de las migajas que le llegaban a la celda de castigo.
“Navalni escribe que un preso de una colonia penal siempre tiene hambre”, contaba hace un año el equipo del opositor. “Esta es una forma de presión; cualquier alimento, además de las gachas, es valioso: ‘Dame un huevo cocido, lo desmenuzaré y me sentiré como si fuera una papilla. Estoy en un restaurante con estrella Michelin”, trasladaba de parte del opositor la Fundación Anticorrupción, declarada extremista por el Kremlin.
“A la cárcel IK-6 se le ocurren un millón de razones formales para no darle a Alexéi una comida decente”, explicaba su organización”. “O no le traen los formularios o no les gusta la hora o el día en que los entrega. En abril se aferraron al monto del pedido”. Tras denunciar su situación, el equipo del disidente tuvo acceso a la carta de Boyárinev en la que limitaba la cantidad de comida para el reo.
El fundador de la plataforma contra la tortura en las prisiones rusas Gulagu Net (No más gulag, en referencia a los campos de presos políticos del régimen soviético), Vladímir Osechkin, ha denunciado este martes por su parte que Boyárinev ha sido el responsable de supervisar los castigos contra los prisioneros de guerra ucranios y contra el propio Navalni. Esta veterana organización defensora de los derechos humanos ha revelado en el pasado otras torturas en prisión, como las violaciones de presos en 2021 que provocaron la destitución de varios altos mandos de prisiones.
Boyárinev, en “un acto inusual entre los jefes del servicio penitenciario”, según informaron los medios independientes rusos, comentó la situación de Navalni aquel mismo año. El alto cargo remarcó que el opositor no tenía derecho a votar en las elecciones legislativas celebradas en 2021. “Los condenados cuyas sentencias ya han entrado en vigor legalmente, según la legislación rusa, no votan. En nuestro país solo votan las personas que se encuentran en centros de prisión preventiva o cuya sentencia no ha entrado en vigor”, explicó el funcionario.
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Además de Boyárinev han sido ascendidos otros generales de casi todos los organismos de seguridad del Kremlin, incluidos miembros del Ministerio del Interior, la Guardia Nacional y el Comité de Investigación.
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