Hay mucha literatura sobre las personalidades que nunca mueren, lo extraño (si es que algo se puede catalogar de extraño en Nápoles) son los tipos que siguen vivos cuando llegan tiempo desparecidos. La presencia de Diego Armando Maradona se respira en toda la ciudad, exagerada (si es que algo se puede catalogar de exagerado en Nápoles) en el Quartieri Spagnoli, por supuesto también en el estadio que lleva su nombre, antes conocido como San Paolo. Como ya era costumbre antes del 25 de noviembre de 2020, día en el que falleció el Pelusa, en la casa del cuadro napolitano suena Live is life de Opus, un himno del fútbol desde que Diego la bailó con la pelota en el calentamiento ante el Bayern de Múnich en 1989. Ahora en la megafonía se suma otro hit en honor a Maradona, La mano de Dios de Rodrigo. No es nostalgia, es presente. No así en el Barcelona, que sí echa de menos a su Diego: Leo Messi.

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Alex Meret, Juan Jesus, Di Lorenzo, Rrahmani, Mathías Olivera, Jens Cajuste (Hamed Junior Traore, min. 67), Lobotka, Franck Zambo, Victor Osimhen (Giovanni Simeone, min. 76), Khvicha Kvaratskhelia (Jesper Lindstrom, min. 68) y Politano (Giacomo Raspadori, min. 76)

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Ter Stegen, Íñigo Martínez, Cancelo, Koundé, Ronald Araújo, Gündogan, A. Christensen (Oriol Romeu, min. 86), Frenkie De Jong, Lamine Yamal, Pedri (João Félix, min. 86) y Lewandowski

Goles 0-1 min. 60: Lewandowski. 1-1 min. 75: Victor Osimhen.

Árbitro Felix Zwayer

Tarjetas amarillas Frenkie De Jong (min. 15), Íñigo Martínez (min. 75) y A. Christensen (min. 78)

Desde que la Pulga se marchó en 2021, el Barcelona no había regresado a los octavos de final de la Champions League. “Estoy orgulloso de lo que hemos mostrado a toda Europa pero hay fases del juego en las que todavía nos precipitamos. Nos falta esa madurez. Nos falta esa sensación de dominio, de calma, de pausa… pero si hablamos del juego, creo que hoy hemos estado muy bien en líneas generales”, analizó Xavi. Y para matar la melancolía, el futbolista llamado a heredar el vacío de Messi, decidió homenajear al actual jugador del Inter de Miami. Lo hizo en la casa de Maradona. Lamine Yamal salió a jugar ante el Nápoles con las nuevas botas que Adidas preparó para Leo Messi. Como ya había pasado con el argentino, la firma alemana le arrebató el pasado enero a la joya azulgrana a Nike. No era un día cualquier para el canterano del Barça. En el antiguo San Paolo se convirtió en el jugador más joven en disputar una eliminatoria de la Liga de Campeones: 16 años y 223 días.

La juventud de Lamine Yamal llamaba la atención en la alineación inicial de Xavi. El técnico del Barcelona apostó por un equipo experimentado. “No lo hemos pensado así, creemos que es el mejor once para hoy. Iñigo nos da empaque y Gündogan es un futbolista fundamental para nosotros. Hemos sacado un once para tener el dominio”, avisó Xavi en la previa. Y, ya con el empate consumado, concluyó: “Estoy decepcionado, por supuesto. Hemos hecho un gran partido, especialmente en la primera parte. Hemos empezado bien en la segunda con el gol de Robert pero es una pena conceder el gol del empate. Hemos controlado el partido. Una pena”.

En un conjunto liderado por la veteranía de Iñigo Martínez (32 años) en la zaga y la de Gündogan (33) en el centro del campo, la diferencia la marcó Robert Lewandowski (35). El delantero polaco estiró su racha a Europa y suma cinco goles en los últimos cuatro partidos. “Me siento muy bien, físicamente también. Tenemos muchos jugadores jóvenes y necesitamos un poco de tiempo. Esto no es lo mismo que en la Liga. Creo que hay mucho potencial en el equipo y ahora tenemos dos semanas largas para preparar la vuelta”, expuso Lewandowski. Despierta el polaco. No fue suficiente, sin embargo, para completar un partido que se avistaba redondo, también para el joven Yamal, posible heredero de Messi (si es que algo puede ser exagerado en Nápoles).

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