Kylian Mbappé se presenta en Anoeta esta noche (21:00 horas, Movistar) para defender el 2-0 obtenido por el PSG en la ida de los octavos de la Champions en el Parque de los Príncipes en una situación jurídica insólita. Lo hace en condiciones que para cualquiera de sus colegas de profesión implicaría exponerse a un grave riesgo laboral. Después de negarse a ejercer su derecho a prolongar el contrato con el Paris Saint-Germain, el francés acude a la cita de su primer gran partido como jugador libre. Sin un contrato que formalice su vínculo con un empleador a partir de julio. Sin una red de seguridad al uso. En un limbo jurídico que expondría a cualquier futbolista a que un accidente, una enfermedad o una lesión invalidante le deje en el paro. No es el caso de Mpabbé. A sus 25 años, el francés ha construido un imperio económico multinacional. Su relación con el emir de Qatar, el Jeque Abdullah bin Hamad Al Thani, su patrón hasta junio, es tan espléndida que, según los agentes del jugador, no tiene nada que temer. El PSG siempre será su casa.
“Si algo le pasara, Kylian siempre tendría una renovación del PSG sobre la mesa”, dice una fuente próxima a sus representantes, encabezados por la abogada Delphine Vertheyden.
El trato de Mbappé con los príncipes de Qatar, muy tenso el verano pasado después de que anunciara que saldría en 2024, se apaciguó cuando renunció al cobro de 80 millones de euros de la prima de fidelidad que, legalmente, le habría correspondido cobrar en otoño. El dinero pertenecía al último pago de una prima de cerca de 200 millones de euros, el equivalente a una prima de traspaso, que el PSG se comprometió a abonarle en 2022 solo por firmar su renovación por dos años con opción a un tercero. Mbappé cobró 130 millones y el resto lo perdonó en consideración al espíritu de un acuerdo que estipulaba su permanencia en París hasta 2025.
Asesorado por sus abogados, el futbolista comprendió que omitir el cobre de ese dinero era el mejor modo de responder a la generosidad de sus jefes cataríes. Según fuentes de su entorno, además de los 130 millones de la prima de fidelidad, por salario y derechos de imagen Mbappé cobró 75 millones de euros netos en cada una de sus dos últimas temporadas en el PSG. Los derechos de imagen los ingresa a través de su fundación. Una parte derivan de compañías cataríes. Y lo más importante, a decir de sus abogados y contables, es la política del PSG en esta materia: el club no recauda ni el 1% de los contratos publicitarios que firma el jugador. Este, como en 2022, sigue siendo el principal escollo en sus negociaciones con el Real Madrid, su destino favorito. Desde hace dos décadas, el Madrid retiene el 50% de los derechos de imagen de todos los miembros de su plantilla, incluido Cristiano.
El equipo de asesores de Mbappé negocia sobre el escenario más favorable que ha encontrado nunca una superestrella del deporte en el campo de la mercadotecnia. Así lo confirman especialistas en tasar deportistas en la industria de la esponsorización que prefieren el anonimato. Simon Biles, Michael Phelps, Usain Bolt, Nadal, Federer, Messi, Cristiano, Le Bron James y Stephen Curry, observan, compartieron la misma bolsa en un mercado publicitario de compañías ávidas por relacionarse con la imagen juvenil y espectacular única que brindan los ídolos del deporte. Presuponen que en la próxima década Mbappé, imagen de Nike y EA Sports, tendrá menos competencia que sus predecesores. Las viejas glorias se jubilan. El francés y su entorno lo saben y hacen cuentas. Esto incrementa su valor.
150 millones de euros anuales en ingresos por derechos de imagen
Tanto si se queda en el PSG como si ficha por el Madrid sus asesores proyectan ingresos por derechos de imagen de unos 150 millones de euros de media al año. Si ficha por un club de la Premier, advierten, la cantidad se elevaría a 200 millones sin filtros. Ni el Liverpool ni el United, dos clubes que se interesaron por él, retienen derechos de imagen a los jugadores. A Mbappé, aclaran, lo que más ilusión le hace es ir al Madrid. Pero todo está en el aire. Según sus agentes, el Madrid le ofrece un salario de 40 millones netos, cederle el 75% de sus derechos de imagen y quedarse con el 25%. Pero a razón de 15 millones por cada fracción del 10%, esto elevaría la retención del 25% del club a una media de cerca de 40 millones por temporada. Delphine Vertheyden, la abogada, y Fayza Lamari, su madre, se resisten a ceder.
Mbappé piensa en todo esto y piensa en las cosas que le exige Luis Enrique, que son muchas y variadas. A veces como nueve, a veces como extremo. En el club contabilizan hasta tres desencuentros por razones tácticas entre el delantero y el entrenador español, cuyo carácter cambiante ha encendido la mecha de la discordia. Los dos primeros conflictos los resolvieron con cordialidad. Ahora atraviesan la tercera crisis. Mbappé y el técnico dan síntomas de no entenderse muy bien. La Ligue 1 es testigo. Fue suplente en Lille, suplente en Nantes, sustituido en Rennes y suplente en Mónaco, sucesivamente. El emir de Qatar espera verle en el equipo titular esta noche ante la Real Sociedad. Pero Luis Enrique se muestra misterioso. “Puede ser que sí, puede ser que no; ¿quién sabe?”, dijo ayer el técnico.
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