Ilkay Gündogan (Gelsenkirchen, Alemania; 32 años) ha sido el último capitán en levantar la Champions League. Del fantástico City de Pep Guardiola al Barcelona en construcción de Xavi Hernández, el centrocampista no cambia su manera de entender el fútbol. “Amo este juego, me iba a dormir con la pelota”, dice. Se presenta en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva azulgrana cinco minutos antes de lo pactado. Habla despacio, pero claro; no es pretencioso. Su paso ante la grabadora parece una extensión de su fútbol. Hijo de inmigrantes turcos, Gündogan se ha convertido en el nuevo capitán de la selección alemana.
Pregunta. ¿Representa el símbolo de la integración?
Respuesta. Como alemán, pero de origen turco, tengo una perspectiva multicultural desde que he nacido. He vivido diferentes culturas y, obviamente, diferentes maneras de entender la vida. Después pasé siete años en Inglaterra. Y de nuevo, una nueva experiencia cultural. Eso me ha convertido en una persona más abierta, en alguien que ha aprendido más de otros seres humanos. Y me permite no solo entender más a la gente, sino también entenderme más a mí. Conozco mucha gente, por ejemplo, que nació en Alemania y solo vivió en Alemania. Lo mismo me pasa con personas en Turquía. Nacieron en Turquía y nunca se mudaron. No conocen otra cosa. Entonces les cuesta entender determinados aspectos de los extranjeros y de otras culturas. Creo que viajar es una de las cosas más importantes. Y, cuando hablo de viajar, me refiero a interactuar y experimentar con otras culturas. Porque cuando lo haces aprendes de la vida. Seguramente no te vuelves una persona más inteligente, pero sí alguien más empático.
P. ¿Qué tiene de alemán y qué tiene de turco?
R. Mi mentalidad es muy alemana. Entrenar duro cada día, ser consistente… Dar siempre la mejor versión de mí, tanto en los pequeños aspectos, que parecen poco importantes, como en los grandes, que sí lo son. Estoy muy enfocado en los detalles, en la disciplina.
P. ¿Lo disfruta?
R. La mayor parte del tiempo, sí. Gané muchos títulos en mi vida: Premier League, FA Cup, Champions League… Pero lo que me pasa es que en lugar de sentarme y disfrutarlo, en lugar de celebrarlo y de vivir el momento, siempre que gano algo, me quedo pensando en cuál será el nuevo desafío. En cómo puedo hacer para motivarme y seguir mejorando. Y eso me da miedo de arrepentirme en el futuro, de no haberme tomado el tiempo necesario para poder disfrutar. Me pasa lo mismo en los entrenamientos. Cuando voy a entrenar estoy nervioso.
P. ¿A su edad?
R. Sí. Veo los entrenamientos de una manera similar a los partidos. No quiero hacer errores. Quiero que cada pase sea el correcto. Todo tiene que ser perfecto. Después de cada sesión comienzo a pensar: qué estuvo bien, que estuvo mal…
P. ¿Y de turco qué tiene?
R. Las emociones. Y, por supuesto, en mi vida personal, le doy mucha importancia a la familia y a los amigos.
P. Tiene una multiculturalidad que también parece reflejada en su juego: puede jugar de 6, de 8, de 10 y hasta de 9.
R. Si generalizamos, nos encontramos con dos tipos de futbolistas. Los que cambian el juego, que son los que marcan goles, realizan asistencias y hacen cosas especiales en el campo. En definitiva, los de los highlights. Y después están los futbolistas que no brillan tanto a nivel individual, que parecen invisibles. Pero que, si le preguntas al resto de compañeros, incluso a esos que destacan, te van a decir que son los más importantes. Los que hacen las cosas simples a todos. Los que mejoran a sus compañeros. Como Busquets, por ejemplo.
P. ¿En dónde se siente más cómodo: en el brillo o en lo invisible?
R. Creo que en lo invisible. Es más acorde a mi personalidad. No soy una persona que necesite la atención. No es importante para mí. Sé de lo que soy capaz y de lo que no. Para convertirte en un gran jugador, tienes que saber qué haces bien y cómo puedes hacer para introducir esas cosas que haces bien en el equipo. Soy un jugador flexible y adaptable, que puedo cambiar incluso durante un mismo partido, siempre en beneficio del equipo.
P. ¿Es una manera de liderar?
R. Un liderazgo silencioso. A veces parece que si no llamas la atención o si no gritas nunca te catalogarán de líder. Para mí un líder es el que cambia el ritmo del equipo, el que cambia la dinámica de un partido. Y no necesariamente tiene que ser ruidoso. Hay gente que habla mucho y nadie la escucha. Y, sin embargo, hay otros que hablan poco, pero cuando lo hacen todo el mundo les presta atención. Y esa característica es la que tiene que tener un líder.
P. ¿A usted lo escuchan?
R. Hablo solamente cuando creo que hay algo importante que decir.
P. ¿En el fútbol actual es posible disociar el juego del márketing?
R. Es lo que hay, ¿no? En los últimos años, cuantificar seguidores en redes sociales se ha convertido en algo importante. Puedes jugar mal, pero si subes un vídeo de una buena acción la gente va a pensar que hiciste un partido increíble. Pero también tiene que ver con las nuevas generaciones: disfrutan más de este tipo de cosas. Tiras un caño y la gente dice “guau”, pero quizás ese caño no ayuda a ninguna situación del juego.
P. ¿Cree que si hubiera estado más presente en redes sociales hubiese ganado algún premio?
R. Hay que ser honestos, si alguien tiene muchos seguidores en redes sociales y hace una buena temporada va a tener más beneficios que alguien que no los tiene. Eso es una realidad.
P. ¿Le da pena que sea así?
R. Al final, esto es un negocio. Pero quizás sea un poco triste que haya llegado a ese punto.
P. ¿El fútbol no es un juego?
R. Para mucha gente en nuestro deporte esto un negocio. Y lo es especialmente para la gente se decide cosas y para los que son muy influyentes. Pero, para mí y para mucha gente más, el fútbol es una pasión. Amo el juego. Pero creo que cuando era joven lo amaba más que ahora.
P. Sin embargo, en Mánchester la gente que lo conoce dice que usted será un gran entrenador.
R. No quiero sonar arrogante, pero creo que tengo potencial. Tuve suerte, también. He trabajado con los mejores entrenadores. Estuve siete años con Guardiola, cuatro con Klopp y un año con Tuchel. Y ahora tengo a Xavi. Este tipo de personalidades, de alguna manera u otra, te influencian. He visto muchas cosas para convertirme en un buen entrenador, pero no estoy 100% seguro de que quiera que mi vida vaya en esa dirección.
P. ¿Por qué? ¿Prefiere seguir jugando al Football Manager?
R. También es algo que gusta mucho… . Definitivamente, quiero seguir vinculado al fútbol. Pero también encuentro interesante otras cosas. No solamente me llama la atención lo que pasa en el campo. Por ejemplo, me gusta la dirección deportiva. Ya hice un curso de entrenador y ahora estoy realizando uno de negocios en el fútbol. De esta manera, voy a tener una mirada sobre los dos aspectos. Eso me puede ayudar a decidir.
P. ¿Es verdad que siempre ha estado pendiente del Barça?
R. Sí. Para mí, como centrocampista, era imposible no prestar atención a un equipo en el que jugaban Xavi, Iniesta y Busquets. La manera en la que jugaban, cómo se movían en el campo. Me encantaba la época de Ronaldinho y, por supuesto, también Messi.
P. ¿Se lo comentó a Xavi?
R. Creo que no. Pero estoy seguro de que lo sabe. Somos muy parecidos en la manera de pensar el fútbol.
P. ¿Cómo es el Xavi entrenador?
R. Es realmente muy bueno. Y lo ha demostrado. Con todas las dificultades que atraviesa el club, que haya ganado la Liga y Supercopa fue un gran éxito. Y creo que el crédito principal lo tiene el entrenador. Cuando las cosas van mal rápidamente se mira al técnico, en cambio, cuando van bien nos olvidamos de hacerlo. Y, ahora que trabajo con él, cuando lo veo hablar antes y durante los partidos, hay muchas cosas que son iguales a como yo las veo o a como yo estaba acostumbrado a hacerlo con Pep en el City. Esta temporada estamos haciendo un buen fútbol. Es verdad que hemos encajado algunos goles en un par de partidos, errores que no se pueden cometer en el máximo nivel, especialmente ahora de cara a la Champions, pero estoy impresionado con el trabajo que Xavi. Y, de hecho, creo que va a mejorar.
P. ¿Cree que puede volver a levantar la Champions?
R. He estado siete años en el City, evidentemente comparo cosas y a pesar de que no ganamos siempre todo, en los últimos dos o tres años habíamos logrado tener una manera muy consistente de jugar. Me gustaría volver a ganar la Champions, pero sé que la realidad en el Barcelona es diferente. Estamos en un proceso de aprendizaje. Tenemos un equipo muy joven, pero con mucho potencial. La calidad está ahí.
P. ¿Es potencial y no realidad?
R. Es un proceso. Ya veremos cuál es nuestra realidad y cómo lidiamos con determinados aspectos del juego y de los partidos. Yo estoy aquí para ayudar. Para traer justamente esa mentalidad, esa calma a mis compañeros. Es muy importante controlar los tempos de los partidos. Porque cuando eres capaz de hacer eso, los rivales tendrán muchas más dificultades.
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