El mensaje era claro: “Queremos que te conviertas en uno de los referentes del equipo”. El destinatario, Frenkie De Jong. Una de las primeras decisiones que tomó Deco como director de fútbol del Barcelona fue ir a buscar al mediocampista neerlandés. Tuvieron una charla en la que el nuevo máximo responsable de la Ciudad Deportiva le presentó un futuro diferente. “Ter Stegen, Araujo, Gavi y tú tenéis que liderar el Barcelona”, le aseguró. Y no tardó en llamar a su representante para comenzar las negociaciones para prolongar su vínculo con la entidad azulgrana, que finaliza en junio de 2026.
No era la primera vez que De Jong escuchaba esas palabras. Ter Stegen, su amigo y capitán del equipo, también está muy pendiente de la situación del exjugador del Ajax. Desde los despachos hasta el vestuario, la idea es la misma: De Jong tiene que seguir los pasos del portero alemán y firmar un contrato que lo ate por muchos años al Camp Nou. Un giro radical en la vida azulgrana de De Jong, en el club, pero sobre todo en el equipo.
El Barcelona de Xavi sufre cuando le falta De Jong. Sin Busquets, Oriol Romeu y el neerlandés se aliaron en el eje del centro del campo. Un éxito para el entrenador: “Es el mejor Barça desde que llegué”. El problema es que lesionado el neerlandés -sufre un esguince de tobillo-, el equipo pierde equilibrio, como se vio este miércoles en Oporto. “No teníamos a los dos mejores jugadores para cuidar la pelota”, aclaró el técnico, en referencia a las ausencias de De Jong y Pedri, tras la sufrida victoria en Portugal, la segunda en la fase de grupos de la Champions. Con De Jong en el equipo, el Barça pierde un promedio de 106 pelotas por partidos; sin él, 130. Además, con el 21 sobre el campo, los azulgrana tienen más posesión (70% por 62%) y mayor porcentaje de victorias (85% por 66%).
“El que me ha sorprendido más de cerca es De Jong por su percepción con el balón, como interpreta los espacios”, destacó João Félix. No es el único azulgrana que valora a Frenkie De Jong. “A quien más admiro es a De Jong. Cuando se dijo que podía irse estaba cagado”, contó Gavi en una entrevista a La Vanguardia en referencia a la posible salida del neerlandés el verano de 2022. En aquel entonces, con Mateu Alemany al frente de la dirección de fútbol, el club desestabilizó al exjugador del Ajax para forzar su salida.
El Barça justificaba la presión a De Jong con dos argumentos: el primero, su elevado salario; el segundo, era uno de los pocos jugadores con mercado. Busquets, uno de sus grandes protectores, no entendía al club, tampoco su amigo Messi desde París. Para ambos, hoy en el Inter de Miami, el neerlandés era el futuro. Pero De Jong se plantó: “Quiero quedarme”. El cuerpo técnico celebró su actitud, aunque le pedían que diera un paso adelante. “Juega siete u ocho puntos todos los partidos, pero tiene nivel para jugar nueve o 10″, comentaban desde el staff de Xavi.
Hoy De Jong es el futbolista que Xavi deseaba. Y, cuando no está, el Barça lo sufre. El problema para Xavi, en cualquier caso, no se reduce solamente a ausencia del neerlandés. El Barcelona tiene a Pedri y Raphinha lesionados. Y tras el duelo ante el Porto, Lewandowski se sumó a la enfermería. Tras las primeras exploraciones el estadio Do Dragão, los servicios médicos del Barcelona confiaban en que el polaco solo sufriera una contusión en el tobillo izquierdo, tras la fuerte entrada de David Carmo (fue reemplazado por Ferran Torres en el minuto 31). Sin embargo, este jueves por la mañana, el Barça confirmó que el delantero tiene un esguince de tobillo. No estará frente al Granada el próximo domingo y desde su entorno ponen en duda su presencia en el Clásico del sábado 28 de octubre. “No creemos que llegue”, comentan.
La plantilla corta del Barcelona (19 jugadores del primer equipo, más Lamine Yamal y Fermín López) son una bendición para el área económica del club -este año la masa salarial, más las amortizaciones, se sitúa en los estándares aconsejados por la UEFA, es decir menor al 70% de los ingresos-, pero un dolor de cabeza para Xavi Hernández. Al menos, el Barça respira en Europa. No luce, pero gana. Tras la victoria en Porto, el cuadro azulgrana se lleva los tres puntos por primera vez en dos partidos consecutivos lejos de Barcelona desde 2020. “Nos hemos empezado a quitar los fantasmas de la Champions de otros años”, celebró el técnico. Y eso que no contó con De Jong. Esa nueva extraña necesidad del Barcelona.
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